La Coronilla es un lugar sumamente tranquilo e ideal para actividades de relax y descanso. Dotado de playas espectaculares y arenas muy limpias, su entorno natural se presta para actividades ecológicas y deportes acuáticos. Además del sol y el mar, hay muchos paseos para disfrutar en este pequeño y tradicional balneario rochense.
Qué ver y qué hacer en La Coronilla
Con ocho kilómetros de costa oceánica, la playa es indiscutiblemente el gran atractivo de La Coronilla. Su playa principal es Las Maravillas, la primera en todo el país en obtener la certificación de Playa Natural por la excelente calidad de sus aguas y arenas.
A lo largo de toda la línea costera hay rocas ideales para pescar. La pesca se favorece de la temperatura templada del mar, lo cual convierte al balneario en uno de los mejores pesqueros de costa en toda la región. El lugar favorito es el viejo muelle sobre los pedregales. Desde allí, los pescadores locales zampan en barcas a las Islas de la Coronilla, donde habitan abundantes especies de peces junto a lobos marinos y aves. Un paseo recomendado para los ecoturistas.
El ecoturismo tiene otros lugares imperdibles, como el Cerro Verde. Es una elevación cubierta de vegetación silvestre, con carteles informativos sobre la flora del lugar y miradores para contemplar las playas y las islas desde arriba. Otros paraísos ecológicos son el balneario Palmares de La Coronilla (cuatro kilómetros al este de La Coronilla), el Parque Nacional Santa Teresa (diez kilómetros al oeste) y los bañados de la Laguna Negra (siguiendo la Ruta 9 hacia el oeste).
Pero el turismo ecológico también se puede disfrutar sin moverse del balneario. En La Coronilla se ubica Karumbé , el Centro de Conservación de Tortugas Marinas (Av. Fernández Tuñón, casi la playa, teléfonos 44762029/099917811), especie acuática que ha elegido esta zona de Rocha como su hábitat. Recomendado para ir con niños, en el centro se pueden ver tortugas en rehabilitación, consultar materiales y comprar souvenirs.
Una de las postales icónicas del balneario es el puente levadizo sobre el Canal Andreoni. Esta vía fluvial se construyó hace dos décadas para desaguar los bañados al norte. Aunque en sus primeros años ocasionó deterioros en la calidad del agua, hoy está recuperado y es un buen escenario para la navegación.