El más antiguo de los balnearios de Rocha, La Pedrera, resalta por su belleza natural y ubicación en un acantilado de rocas a cuarenta metros sobre el nivel del mar. El balneario se ha convertido en destino ineludible de la temporada veraniega, distinguido por su exclusividad casual, sus novedades gourmet y su interesante movida nocturna, sin perder la cuota tranquilidad y bohemia chic.
Qué ver y qué hacer en La Pedrera
La vista del océano desde la rambla es una de las postales más lindas de la costa de Rocha. Las playas de La Pedrera realmente deslumbran con su arena fina, sus olas verdes y sus piedras multiformes, que le dan nombre al balneario. La playa El Desplayado, resulta un lugar ideal para familias con niños, ya que sus olas son más tranquilas (si bien hay que tener cuidado los días ventosos). La playa El Barco es perfecta para los surfistas que buscan las mejores olas. Se llama así porque en su orilla alberga los restos del barco Cathay, que naufragó aquí en 1977.
Hacia el este, el pequeño balneario Punta Rubia ofrece tranquilidad y mucho verde. Hay que hacer una visita a las Cárcavas Milenarias, formaciones rocosas prehistóricas donde la erosión ha ido dibujando barrancas y piedras con fósiles de gran valor arqueológico. En la zona habitan abundantes especies de flora y fauna autóctona.
El pequeño centro de La Pedrera tiene un encanto especial. A lo largo de la calle principal hay coloridos comercios, tiendas de artesanías y restaurantes marinos de alta calidad, que se convierten en un paseo clásico al atardecer. La feria artesanal se acompaña de espectáculos musicales y de circo por las noches, antes de que los bares comiencen la movida nocturna, no tan explosiva como en otros balnearios pero con opciones sofisticadas y alegres.
Si lo que se quiere es fiesta continua, el Carnaval de La Pedrera es el más juvenil del país. Miles de jóvenes llegan cada febrero a los desfiles de disfraces y los bailes en plena calle hasta el amanecer.
